Pratyahara…

El desafío consiste en adquirir control sobre el mundo interno. La mente conversa en todo momento consigo misma, recuerda acontecimientos pasados, los reestructura en historias que le parecen mas convenientes, planea el futuro, considera los pro y los contras, etc. Reduciendo metódicamente este diálogo interno y enfocando la atención en objetos positivos e inspiradores se puede comenzar a comprender la mecánica de la psiquis y desarrollar una vida más efectiva.
La mente recoge, reúne, y acumula información, la inteligencia es la que discierne esta información de la memoria impulsiva. El discernimiento se logra a través del cultivo y la educación de los sentidos de percepción.
La mente suele esquivar a la inteligencia y estimular los órganos de acción sin realizar un filtro de contemplación, pero si reeducamos nuestra mente y somos concientes de este procesos podemos lograr que esta energía se conserve y se utilice cuando es necesario.
Pratyahara nos brinda desapego de los asuntos mundamos, y apego al alma.
En las primeras fases de esta práctica no hay necesidad de hacer nada ni de intentar cambiar nada. Se trata simplemente de "permanecer consciente de lo que ya hay", de ser simplemente como un testigo neutro que observa desapegadamente lo que está ocurriendo en cada momento.
Este estado se caracteriza por un flujo permanente de toma de conciencia sobre el cuerpo, las emociones, las percepciones y los procesos mentales, manteniendo siempre una actitud de aceptación total de todo lo que nos sucede. Es decir, estar observando sin rechazar ni interferir en nada, y así poder ver con claridad lo que se está experimentado y todo lo relacionado con dicha experiencia.